Prevención del abuso sexual

¿Qué es el abuso sexual?

Son actitudes y comportamientos que realiza una persona sobre otra, sin su consentimiento o conocimiento y para su propia satisfacción sexual.

Va desde la amenaza al engaño, la seducción y/o la confusión. Podemos hablar de abuso siempre que el otro no quiera o sea engañado. Es un acto en el que se pretende dominar, poseer y cosificar a la persona a través de la sexualidad. Unas veces el agresor actúa desde la violencia explícita hacia la victima que se siente impotente, desprotegida, humillada. Otras veces, se vale de la confianza en él depositados para desde la cercanía de una relación afectiva, romper los límites de la intimidad e introducir elementos eróticos.

Los efectos de la agresión son múltiples, y se expresan en las áreas más importantes de la persona. Es vivido como un suceso traumático, es decir, como algo que impresiona tanto que no se puede elaborar, y por ello se intenta olvidar. Pero todo suceso traumático, "olvidado", tiende a expresarse y a salir a la luz, bien desde un impulso a la repetición, o siendo ella misma, quien, de manera activa, violenta o abusa de otros. Al mismo tiempo, también aparece una necesidad de evitar, de defenderse de la sexualidad consigo mismo, y de las relaciones sexuales en general.


Aclarar que el abuso sexual no es sólo penetración o agresión física. Abarca desde el contacto físico, (tocamientos, masturbación, sexo oral...), hasta la ausencia de contacto (exhibicionismo, erotización con relatos de historias sexuales-vídeos-películas-fotografías...).

Puede darse prolongado en el tiempo, o como hechos aislados y puntuales.
Puede suceder en el seno de una familia, de una institución, o con un vecino-profesor-orientador-médico; en el lugar de trabajo... (no hay un ámbito específico).

¿Quién es el abusador?

Normalmente esa persona que, valiéndose de su cercanía, confianza, autoridad moral... induce, normalmente con engaño, a realizar o dejarse realizar actividades dirigidas a su propia satisfacción sexual. Utiliza la confusión, la seducción, el engaño. Otras veces, se vale de su poder y fuerza sobre la víctima para dominarla y agredirla.

  • El padre, padrastro, hermano.... Que deja a la víctima sin figura de referencia, protección, identificación...
  • Ese tío para quien se sentía tan especial, distinguida entre el resto de los sobrinos... y que se valió de su necesidad de cariño y baja autoestima.
  • Ese consejero espiritual, sacerdote, psicólogo, jefe de secta, que valiéndose de su autoridad moral le aconseja "porque es bueno para su crecimiento o madurez personal" ... con lo que la propia identidad personal y la escala de valores queda muy rota.
  • Son esos cuidadores de internados que dejan al niño indefenso, con un silencio pactado.
  • Son esos niños que obligan y amenazan a otro niño/a produciéndole pánico, indefensión, confusión.
  • Ese jefe laboral sobre sus subordinados no en su grupo de iguales.
  • Los jefes de bandas de adolescentes
  • Los que aplican castigos ejemplarizantes por cuestiones de raza, condición social, orientación sexual...
  • Los médicos, fisioterapeutas, que van más allá de lo necesario.

Digamos que el abusador sabe muy bien elegir su víctima valiéndose de la confianza previa depositada en él, de su indefensión, o de ambos.

El abusador de niñ@s puede provenir de hogares desintegrados y violentos, que comienzan con maltratos físicos y terminan abusando. Pero también el agresor puede ser una persona aparentemente normal que con frecuencia asume el rol de figura protectora, cariñosa, muy valorada y rodeada de niñ@s. Puede tener profundos desajustes emocionales, problemas de drogadicción, o haber sufrido, a su vez, abusos en su infancia. 

Puede darse prolongado en el tiempo, o como hechos aislados y puntuales.
Puede suceder en el seno de una familia, de una institución, o con un vecino-profesor-orientador-médico; en el lugar de trabajo... (no hay un ámbito específico).

¿Quién es la víctima?

Según los estudios realizados predominan las niñas en edades críticas: En la etapa prepuberal, coincidiendo con la aparición de los signos de desarrollo sexual (10-12 años); y cuando son pequeñas, con poca capacidad para expresarse (5-6 años). Se estima que una de cada cuatro niñas y uno de cada ocho niños han sufrido abusos. Aunque habría que ampliar la población a adolescentes (iniciación en bandas, profesores...), a jóvenes (seducidas...), a adultos que engañados bajo la apariencia de ayuda por consejeros-psicoterapeutas-jefes de sectas...; también en los adultos violentados por su pareja o su jefe; los castigados por su orientación sexual, etc.

Casi siempre son engañad@s, y frecuentemente se sienten "elegidos" por el abusador, quien se muestra como esa persona tan importante. Cuando son conscientes del abuso, y, sobre todo, si han sentido algún placer, se sienten muy culpables.


A menudo son personas faltas de cariño, con baja autoestima, sentimiento de inferioridad, que provienen de familias poco estructuradas. Es difícil que hablen: normalmente suelen callar e intentan olvidar. Si es un familiar cercano, se callan porque temen romper la estructura familiar. Si el abusador es valorado socialmente, se callan porque temen que en su familia nadie les creería. Si es en un internado, porque se sienten indefensos e impotentes. Si son varones callan porque su hombría quedaría cuestionada. "Olvidan" porque no pueden vivir con ese peso. Niegan la realidad o le restan importancia para mantener su orgullo, su autoimagen. Lo que ocurre es que el cuerpo grita lo que ellos callan, y enferman física o psíquicamente.

Otras veces hablan, sobre todo cuanto menor sea la importancia afectiva del abusador y mayor la confianza que tengan en su ámbito familiar. También hablan para proteger a hermanos pequeños o a otros niñ@s.

Efectos o consecuencias a largo plazo del abuso sexual

Los efectos dependen de la intensidad y duración, de la edad de la víctima y solidez de su estructura psíquica, del valor asignado al agresor... También de otros sucesos importantes que le hayan podido fortalecer o debilitar posteriormente. No siempre hay secuelas importantes, pero un porcentaje elevado presenta dificultades que afectan al conjunto de la persona. Los podemos representar en estas áreas: psicológica, sexual, psicosomática, social y escala de valores.


  • Psicológicas: El Yo en su conjunto, queda amenazado; por eso hay fragilidad con acentuada inestabilidad emocional; depresión, autolesiones, incluso intento de suicidio; ansiedad y tensión elevadas; confusión en su identidad sexual; dificultad para integrar su desarrollo y su corporalidad (camuflaje, evitación, exhibición...). Confusión, destaca un fuerte sentimiento de vergüenza, culpa, suciedad...
  • Sexual: Desarrollada de forma traumática o violentada. La sexualidad no está bien integrada, con oscilaciones entre una fuerte erotización y un fuerte rechazo e inhibición, anorgasmia, 

impotencia; negación o promiscuidad (incluida prostitución).

  • Psicosomática: El cuerpo en su conjunto está especialmente dolido y no puede digerir. Aparecen dolores crónicos generales, hipocondría, alteraciones gastrointestinales, en la alimentación (anorexia-bulimia). Insomnio, pesadillas. Dificultad en la atención, memoria, concentración.
  • Sociales: ¿Cómo confiar en el otro? ¿Cómo hablar de uno mismo? Por tanto, aparece una fuerte desconfianza, con repliegue, aislamiento, incomunicación... Hostilidad hacia el sexo agresor; relaciones teñidas de vergüenza, culpabilidad... A veces se cae en lo marginal (drogas, prostitución).
  • Escala de valores: Al romperse los tabúes y principios más sólidos, los religiosos y morales..., la víctima suele perder dichos valores y adopta una actitud asocial, o actuar de forma provocadora que con lleva riesgo.

En general, se presentan los efectos shock postraumático: sexualización traumática, pérdida de confianza en las relaciones, estigmatización social (sentirse marcada de por vida), y sentimiento de impotencia e indefensión.

Cómo prevenir el abuso sexual

En el niño.

- A nivel general:

  • Lo fundamental es crear en la familia un clima de confianza y apertura para que el niño pueda hablar de lo que le ocurre, le preocupa y le extraña.
  • Lo ideal sería una labor conjunta entre familia y escuela que permita al niño estar informado y protegido.
  • Evitar por todos los medios el castigo físico (cachetes, guantazos, etc.), pues le hace vivir su cuerpo como algo que puede ser agredido y sobre lo que él no tiene dominio; por tanto, queda expuesto a las agresiones de cualquier otro. Si un niño es agredido en casa, aprende que la agresión es normal y que, por tanto, cualquier otro le puede agredir.

- A nivel especifico:

  • Enseñarle:" Mi cuerpo es mío. Nadie debe tocarlo sin mi permiso".
  • Enseñarle a reconocer las partes íntimas, (las cubiertas por un bañador).
  • Que diferencie los tipos de caricias. Las caricias buenas te hacen sentir bien; las caricias malas te hacen sentir mal, son raras. Si no te gustan, di NO.
  • Explicar que hay secretos buenos y secretos malos. Los buenos son de cosas buenas, agradables, (regalos, sorpresas, etc.) y los secretos malos son de cosas que te hacen daño: tocar el cuerpo a escondidas es un secreto malo, y hay que contarlo rápidamente.
  • Explicar qué es el Abuso Sexual: "un adulto o niños mayores quieren tocar o jugar con las partes íntimas en secreto".
  • Si a él o a otro niño le dicen que debe guardar un secreto malo no se debe hacer caso y hay que buscar rápidamente una persona adulta y de confianza a quien debe contárselo.
  • Asegurarse de que el niño sabe decir NO si alguien intenta tocarlo de manera que se sienta incomodo, con caricias malas.
  • Explicarle que, aunque la mayoría de los adultos son buenos, no siempre es así; y a veces, personas conocidas, o desconocidas, pueden querer hacer caricias malas. Decir siempre NO, sea quien sea.
  • Explicarles que no se deben aceptar regalos ni favores de desconocidos; pueden ser personas malas que dan cosas para engañarle y causarle daños.
  • Explicarles que no se deben abrir puertas a extraños, ni irse a sus casas ni a pasear con ellos sin el permiso de su madre y su padre. Conocer a los amigos y personas con las que el niño suele pasar tiempo.

En Adolescentes, Jóvenes y Adultos.

  • Enseñarles que su cuerpo es suyo y la relación va siempre hasta donde el/ella quiera llegar: nunca más allá. No valen comparaciones, quejas, chantajes, imposiciones...
  • El que se quede con un chic@ para ligar no significa llegar hasta donde él u otro quiera.
  • El que se esté con una pareja estable no significa cumplir o someterse a los deseos del otro: propuestas, juegos...que te hagan sentir mal.
  • Reconocer los comentarios que son descalificaciones y agresiones: reprimid@, estrech@...
  • Identificar las diferencias entre amistad, afectividad, asesoramiento, sexualidad engañosa...
  • Ser favorita para alguien especial, (tío, profesor, consejero ...), no significa tener sexualidad.
  • La autoridad moral no implica poder sobre tu cuerpo, ni el crecimiento personal o el ser "amigos" implica sexualidad.
  • La sexualidad se vive en intimidad, pero las relaciones afectivas no se esconden. Lo que se oculta normalmente no es bueno: los sentimientos buenos se expresan y comparten ante los otros. 

Indicios de abuso sexual

Los indicios no son señales inequívocas, sino indicadores de que algo va mal a nivel general, y más concretamente en la sexualidad. Es importante tenerlos en cuenta, pues cuanto antes se detecte el problema subyacente, antes se podrán buscar las ayudas necesarias.

En Niños:

  • Sin causa aparente, aparecen cambios repentinos en el apetito, control de esfínteres.
  • Dificultades para caminar o sentarse: sangrados, secreciones intensas, infecciones frecuentes. 
  • Dificultades de atención, concentración, memoria.
  • Estado de hipervigilancia y alerta.
  • Fuerte nerviosismo cuando aparece una persona concreta, aunque sea de la familia.
  • Tristeza, depresión, ansiedad elevada.
  • Dificultades y miedos al ir a dormir. Pesadillas intensas.
  • Desconfianza.
  • En el área de la sexualidad es donde más indicios suele haber:

  1. De repente no quieren cambiarse de ropa ante otros, en el gimnasio..
  2. Erotización elevada, masturbación compulsiva.
  3. Conocimiento de la sexualidad inapropiado para su edad. Palabras de significado sexual compartidas con otros niños, animales...
  4. Actitud seductora, actitud exhibicionista.
  5. Rechazo del propio cuerpo.

También como posible señal de alerta, hay que desconfiar de los padres, cuidadores, etc., que son muy celosos y controlan excesivamente a la familia, que limitan el contacto del niño con otros niños...; y que tienen una vida de poca relación con el exterior, misteriosa, u obscura.

Con los Adolescentes y Jóvenes.

Se suelen repetir los mismos indicios que con los niños. 

Conviene prestar atención al adolescente o joven que presenta una valoración o admiración excesiva hacia un adulto concreto, con el que suele verse a solas (conversaciones, viajes...), y con el que mantiene una relación asimétrica. Más aún si este adulto es excesivamente halagador, generoso ..., con el conjunto de la familia, pues puede estar ejerciendo una seducción generalizada, para actuar valiéndose de la ceguera de los otros.

También, con frecuencia, el escaparse de casa, los problemas de drogas, los embarazos..., suelen ocultar un abuso sexual. No encuentran su lugar, se sienten humillad@s en su dignidad, o se identifican con el cómo han sido tratad@s:" si me tratan como una puta, me comporto como tal porque así me siento."

Recordad que los indicios son indicadores de que algo va mal. Por tanto, si se trata de una persona adolescente, joven adulta, que se pregunte qué le está ocurriendo en su sexualidad, con su pareja...Si se trata de un@ niñ@ serán la madre y el padre y personas de su entorno quienes se tendrán que hacer dicha pregunta, y buscar la respuesta por muy dura que sea: ante la realidad no se pueden cerrar los ojos. Tened en cuenta que el entorno, (familiares, amigos, profesores...), tienen un papel fundamental siempre, pues con frecuencia la víctima, ni siquiera siendo adulta, es consciente de estar sufriendo un abuso sexual. 

Glosario

  • Psicológicas: El Yo en su conjunto, queda amenazado; por eso hay fragilidad con acentuada inestabilidad emocional; depresión, autolesiones, incluso intento de suicidio; ansiedad y tensión elevadas; confusión en su identidad sexual; dificultad para integrar su desarrollo y su corporalidad (camuflaje, evitación, exhibición...). Confusión, destaca un fuerte sentimiento de vergüenza, culpa, suciedad...
  • Sexual: Desarrollada de forma traumática o violentada. La sexualidad no está bien integrada, con oscilaciones entre una fuerte erotización y un fuerte rechazo e inhibición, anorgasmia, impotencia; negación o promiscuidad (incluida prostitución).
  • Psicosomática: El cuerpo en su conjunto está especialmente dolido y no puede digerir. Aparecen dolores crónicos generales, hipocondría, alteraciones gastrointestinales, en la alimentación (anorexia-bulimia). Insomnio, pesadillas. Dificultad en la atención, memoria, concentración.
  • Sociales: ¿Cómo confiar en el otro? ¿Cómo hablar de uno mismo? Por tanto, aparece una fuerte desconfianza, con repliegue, aislamiento, incomunicación... Hostilidad hacia el sexo agresor; relaciones teñidas de vergüenza, culpabilidad... A veces se cae en lo marginal (drogas, prostitución).
  • Escala de valores: Al romperse los tabúes y principios más sólidos, los religiosos y morales..., la víctima suele perder dichos valores y adopta una actitud asocial, o actuar de forma provocadora que con lleva riesgo.
  • Shock postraumático: sexualización traumática, pérdida de confianza en las relaciones, estigmatización social (sentirse marcada de por vida), y sentimiento de impotencia e indefensión.

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